Sara Baumer es una muchacha que no puede imaginar su vida sin mascotas. Un día salió a pasear por el parque a tomar un poco de aire fresco. Era un día soleado como muchos otros que no anunciaba nada en especial. La muchacha quizás ni hubiera notado la vieja maleta echada en la hierba, si no fuera por los extraños sonidos que salían de ella. Al acercarse la muchacha se quedó completamente perpleja. Ella no podia ni imaginarse que en aquel momento en sus manos se decidía un destino ajeno.
Parecía que nadie quería esa maleta abandonada, sin embargo en su interior había algo…
Presa de la curiosidad, la muchacha se llevó con ella su extraño hallazgo. Pero al ver su interior se quedó pasmada.
En la maleta había un camada de pequeños gatitos negros.
De inmediato Sara se pusó en contacto con su veterinario, el cual la consultó.
Los gatitos estaban hambrientos y demacrados, constantemente se rascaban por las picaduras de las pulgas. Al parecer, el «ingenioso» dueño ha decidido deshacerse de esa manera de la prole indeseada de su gata.
¿Qué tipo de monstruo hay que ser para tratar DE ESA FORMA a estas encantadoras criaturas?
El hecho de que Sara haya encontrado la maleta con los gatitos y haya decidido abrirla es un verdadero milagro. Sin duda, habrían muerto por falta de aire o de hambre, si no fuera por su ayuda.
La humanidad se encuentra ya en el siglo XXI, sin embargo hay muchas personas que no deberían llamarse humanos. Se hiela la sangre en las venas, al ver como el «homus sapiens» trata a veces a sus prójimos o a los animales pequeños… Solo nos queda confiar en la ley del karma y creer que, al igual que un bumerán, tales acciones tarde o temprano retornan a sus malhechores.
